21 de julio de 2025

Ni ignorar, ni ceder: cuál es la mejor respuesta ante el berrinche de un niño, según una psicóloga

Durante la infancia, los niños aprenden a regular sus emociones y expresarlas. Sin embargo, en ocasiones su comportamiento puede verse afectado por enojo, tristeza o frustración, especialmente cuando se les niega algo o se sienten limitados, lo que desencadena en berrinches. Y lo mejor en estos casos no es ignorarlos.

Según la psicóloga Isabel Rojas, ignorar estos momentos fomenta que los niños no gestionen sus emociones, lo que, con el tiempo, los convierte en adultos con poca tolerancia a la frustración. La solución —dice— tampoco es ceder y darles lo que piden.

Hay que acompañar a los niños pero permitirles que se enojen.

“Desde hace unos años apareció lo que se llama el ‘hijo tirano’. Manda en casa y hace que todo gire en torno a él, pero ojo, es educable”, explica, haciendo referencia a que a través de los berrinches los niños evitan el malestar y buscan únicamente el placer. Si esto continúa, se manifiesta con más fuerza en la adolescencia y los lleva a sentir un vacío existencial en el que nada los llena o les gusta.

La clave está en cómo los adultos atienden el llamado y les enseñan a “gestionar las emociones desde el primer momento”. “Educar no es evitar el sufrimiento, sino acompañarlo”, señala la psicoterapeuta, resaltando que hay que aprender a negarles cosas a los menores para que adquieran habilidades durante su desarrollo.

“Solo así lograremos criar adultos resilientes, capaces de enfrentar al mundo real con fortaleza interior”, concluye y agrega que es fundamental enseñarles desde pequeños a expresar el malestar “sin agresividad” y a entender que no siempre pueden obtener lo que desean.

Por Stephany Guzmán Ayala

La forma en la que los adultos reaccionan ante estos eventos tiene un impacto directo en el desarrollo de los niños y puede provocar que no toleren las frustraciones en el futuro  LA NACION